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Foto del escritorEukarys Sebastia

SANAR UNA TRAICIÓN

Todos en algún momento de nuestras vidas hemos entregado todo, cariño, amor, inocencia, servicio, tiempo, dinero, confianza, lealtad, amistad, recibiendo una traición a cambio. Es allí cuando se nos presenta la idea de perdonar o no perdonar. Cualquiera de estas dos opciones que escojamos nos llevará a un lugar con situaciones y entornos distintos.


Si decidimos tomar el camino de no perdonar, nos traerá tristeza, dolor, desconfianza, incertidumbre, soledad, rabia, frustración, inseguridad, depresión y toda clase de sentimientos negativos y vacíos en nuestro corazón.


Por el contrario, si decidimos perdonar, encontraremos la paz y tranquilidad que merecemos, como hizo Jesús, que a pesar de tener amigos que lo traicionaron, aun así, siempre daba lo mejor, con buena actitud. Verdaderamente todo lo que vivió Jesús me muestra que no hemos experimentado ni una cuarta parte de lo que vivió y, sin embargo, al final, murió por amor a nosotros.


Me viene a la mente una frase que un día escuché y me estremeció porque decía: ¡cada uno daba lo que había en su corazón, lo que tenía adentro! El que tiene odio solo puede dar odio, es así como una planta de tomate solo dará tomates, no podemos encontrar en ella cebollas si es su naturaleza producir tomates. Así mismo es el ser humanos, de lo que tiene en su corazón serán sus acciones. Esto me estremece porque si actúo con sentimientos malos es porque estoy llena de ellos. Allí es que pido ayuda al Señor Jesús para que me capacite, para que me enseñe a ser como él y seguir su ejemplo. Es mi modelo a seguir. Que sane mi corazón dolido, las heridas del alma y que pueda brotar de mí el fruto y la actitud correcta porque quiero escoger el camino del perdón. Este dará paz, felicidad, libertad, alegría, tranquilidad, seguridad, estabilidad emocional y confianza entre otros beneficios.


Si se puede sanar el corazón dolido, si se puede perdonar porque yo muchas veces lo he experimentado. Volver a ver el rostro de esa persona sin sentir nada de dolor al tenerla en frente. ¡¡No es fácil el proceso, pero es posible!! Solo Dios puede hacerlo en ti. Solo debes decirle que sane tus heridas, que te ayude a perdonar, que te enseñe y que lo necesitas en tu vida. Se constante en la oración y persistente en esta decisión, él te puede sorprender.

Te regalo esto:

Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces. Jeremiah 33:3.

Y cuando estén orando, si tienen algo contra alguien, perdónenlo, para que también su Padre que está en el cielo les perdone a ustedes sus pecados. Marcos 11:25
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